El símbolo nos ayuda a entender que dentro de todo lo malo siempre habrá algo bueno, y viceversa. Utilizado por muchas personas, el yin-yang tiene un significado oculto. Es la conexión entre el cuerpo y mente, una unión de fuerzas y energías complementarias, lo femenino y lo masculino. Es el equilibrio entre lo bueno y lo malo; es decir, el entendimiento de que en todo lo bueno hay algo malo y en todo lo malo hay algo bueno.
La energía femenina contiene suavidad, pasividad y la noche; esta es representada con el yin. Mientras que la energía masculina contiene lo activo, la dureza y el día; representada por el yang. Este símbolo nos expresa la unión de dos energías, la espiritual y la física. Un círculo divido en dos, una parte blanca y una negra, con un punto en cada una de sus partes del color contrario.
Además, el yin-yang representa toda la vida dentro de un círculo. El círculo de la vida, donde podemos encontrar los momentos buenos y los malos, pero en cada uno de ellos se encuentra su contrario. Siempre que se crea algo negativo, al mismo tiempo nace algo positivo y viceversa. Es algo así como el dicho «un rayo de luz en la oscuridad». Si nos enfocamos detenidamente en este símbolo, podremos observar su verdad. En cada cosa siempre existen dos partes, bueno y malo o positivo y negativo. En definitiva, el yin-yang es un símbolo con un significado real y evolutivo. La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma, por lo que se puede equilibrar y fusionar la totalidad del Universo en armonía.
